¿De qué depende la adicción a las drogas?
Estas son las palabras con las que el célebre cantante Manolo Tena definió la adicción durante la grabación de un documental.
Esta misma idea la expresó la doctora Nora Volkow, actual directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA) y una de las más fervientes defensoras de esta visión médica. Ella indica que la drogadicción es una enfermedad del cerebro que se puede tratar. A día de hoy, ya hay infinidad de evidencias científicas que lo demuestran, por lo que podemos evitar hablar de conceptos erróneos y mitos infundados científicamente que explicaban que la adicción era solo una excusa para seguir consumiendo.
La adicción a las drogas se considera un trastorno biopsicológico. Es muy complejo y, por tanto, muy difícil de cuantificar o medir. Pero en las últimas décadas, gracias a la investigación y a los avances tecnológicos, se ha incrementado exponencialmente nuestro conocimiento sobre la funcionalidad del cerebro y el efecto de las drogas en él.
La investigación neurobiológica apoya la idea de que el consumo continuado de la droga produce unos cambios duraderos en la anatomía y en la función cerebral. Consecuentemente, estos cambios convierten a la adquisición de la droga en una preocupación central frente a otras tan importantes como la familia y el trabajo y socavan la capacidad del individuo para abstenerse de ellas.
¿Cuándo se considera que una persona es adicta a una sustancia?
Tal vez la manera más exhaustiva de abarcar todo el complejo de síntomas conductuales que caracterizan la adicción a las drogas sea a través de los criterios diagnósticos empleados en el manual DSM 5.
Según este sumario, utilizado ampliamente para el diagnóstico de esta enfermedad, se trata de una patología conductual continua que evoluciona desde el consumo inicial hacia el Trastorno por Consumo de Sustancias (TCS).
Podemos decir que la adicción es el estadio más grave o severo de la enfermedad. Así pues, en el caso del alcohol, se indica que los sujetos con Trastorno por Consumo de Alcohol son aquellos que se ven afectados por esta patología en distintos grados. Se habla de trastorno ‘moderado’ en el caso, por ejemplo, del “atracón” habitual de los jóvenes que cumplen dos criterios:
- El alcohol se consume con frecuencia en cantidades mayores o durante un periodo más largo de lo que inicialmente se pretendía.
- Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo del alcohol.
¿Por qué unas drogas son más adictivas que otras?
En general, el potencial de adicción de la droga depende de las propiedades intrínsecas del compuesto. Por ejemplo, sus propiedades determinan la posibilidad del desarrollo de la adicción, la cual aumenta en el caso de las sustancias más euforizantes como la cocaína.
También son importantes las propiedades farmacocinéticas. Así, la rapidez y la intensidad con la que comienzan los efectos farmacológicos de una droga condicionan el potencial adictivo de esta.
Probabilidad de volverse adicto tras el consumo de drogas
Si el consumo continuado de drogas provoca cambios funcionales y estructurales en los cerebros, cabría preguntarse por qué algunas personas que consumen drogas se vuelven adictas y otras no.
Si se preguntara en un determinado foro cuánta gente ha consumido alguna droga en las dos últimas semanas (recordemos que el tabaco y el alcohol son drogas aunque sean legales) probablemente entre un 70 y un 80 % de los presentes responderían afirmativamente. No obstante, probablemente pocos o ninguno de los consumidores se podría considerar adicto.
Como ocurre en otras enfermedades, la probabilidad de convertirse en adicto varía en función de la persona (un 40 % del riesgo es de tipo genético) y hay grandes diferencias individuales en función del patrón de consumo.
De hecho, solo un porcentaje reducido de la población (entre un 15 y un 20 %) que hace un uso experimental y social de las drogas progresa hasta el uso intenso y finalmente compulsivo que caracteriza la adicción.
Más información en: https://theconversation.com/de-que-depende-la-adiccion-a-las-drogas-167599