Mejorar el abordaje de la depresión, un desafío pendiente como primera barrera frente al suicidio
Madrid Casi tres millones de personas tienen depresión en España, lo que la convierte en la enfermedad mental más prevalente de todo el territorio nacional, con un impacto holístico que trasciende lo meramente sanitario. Pese a estas cifras, el infradiagnóstico existente hace que cerca de la mitad de las personas que la sufren no sean detectadas por el sistema. En este sentido, su adecuada identificación y tratamiento se ha convertido en el principal objetivo de las administraciones para mitigar las consecuencias asociadas a la depresión. Entre las más graves se encuentra el suicidio, puesto que padecer la mencionada patología mental es su principal factor de riesgo. Sin embargo, un buen abordaje puede también convertirse en el mejor aliado para prevenirlo.
Así se puso de manifiesto durante el Foro Depresión y Suicidio en Andalucía, organizado por la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB) con la colaboración de Janssen. «Quizás un 20 por ciento de la población andaluza se está viendo afectada desde el punto de vista mental como consecuencia de la pandemia; de ahí la importancia de reforzar todos los servicios», señaló Jesús Aguirre, consejero de Salud y Familias de la comunidad y encargado de la apertura del espacio.
Precisamente, la patología depresiva afecta hoy a un 5,6 por ciento de los andaluces, una cifra que es factible que se incremente como secuela de la COVID-19. Es por ello, según aseguró el Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra del Hospital Clínico San Cecilio de Granada, «que urge desarrollar en Andalucía un plan de diagnóstico precoz de la depresión».
«Muchos de estos diagnósticos están silentes y aparece la responsabilidad social de luchar por la detección, de identificar estos cuadros», apoyó Benedicto Crespo-Facorro, director UGC de Psiquiatría del Hospital Virgen del Rocío. De hecho, Gutiérrez Rojas cifró en hasta un 40% la tasa de depresiones no detectadas. «Creo que tenemos que seguir formando y mejorando la detección en pacientes en Atención Primaria como puerta de entrada de la mayoría de los pacientes», agregó.
En Andalucía, en el año 2018 se registraron 757 hospitalizaciones por depresión, con una estancia media es de 15,1 días. Asimismo, se generó un coste medio de 5.556 euros por cada una de estas hospitalizaciones. «El 10% de la población padecerá un episodio depresivo a lo largo de su vida», avisó Crespo-Facorro, quien también incidió en los costes indirectos de esta patología, entre ellos los años vividos con discapacidad o incluso una menor esperanza de vida.
Además, en el tratamiento de la depresión siguen déficits y necesidades no cubiertas. «Tenemos fármacos eficaces, pero tardan demasiado en hacer efecto, en torno a las 3-4 semanas», explicó Gutiérrez Rojas. «Tenemos un tiempo en el cual el paciente sigue padeciendo los síntomas y no mejora. Además, incluso dentro de los que responden, tenemos que a veces cambiar de tratamiento», añadió.
A este respecto, el psiquiatra quiso remarcar que un 30-40% de los pacientes «no responde a los tratamientos habituales». «También tenemos tasas de recaída muy altas cuando los pacientes dejan su tratamiento y seguimiento o cuando abandonan la psicoterapia», concluyó.
Tal y como pusieron de relieve los expertos, si no se diagnostica a tiempo la depresión, las complicaciones pueden derivar en riesgos más elevados; el más grave de ellos es el suicidio. En cuanto a ello, la Consejería de Salud y Familias dirige ya una línea estratégica a su prevención indirecta, formación y formación de formadores en suicidio, según explicó el propio Aguirre. La autonomía todavía no cuenta con un plan específico a este respecto, pero sin embargo ya trabaja en la llegada de una estrategia regional que unifique todos los esfuerzos que ya se realizan a nivel hospitalario.
«Hemos creado un grupo de trabajo en relación con la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) tanto para su desarrollo como para ofrecer formación específica a personal de primaria», aseveró José Guerrero, coordinador del Plan Integral de Salud Mental en Andalucía. Así las cosas, lo que ya es el germen de un incipiente borrador prevé abordar el suicidio adolescente «como punto estratégico por el aumento de casos en esta franja de edad».
En paralelo, Guerrero apuntó a que se está «luchando» por la implantación de psicólogos en Atención Primaria. «Creemos que es muy importante para depresión y suicidio detectar estos casos lo antes posible en todos los centros de salud», señaló. El objetivo final perseguido sigue siendo, en consecuencia, parar el golpe que la actual situación de emergencia sanitaria pueda provocar en las cifras que ya se manejan; y es que, a nivel nacional, se registran 10 suicidios cada día y es ya la segunda causa de muerte en la población entre los 15 y los 29 años.
Por otro lado, en Andalucía se conoce la existencia de algunos triángulos de poblaciones donde se observa unas tasas de suicidio que triplican la media nacional. Así lo señaló Gutiérrez Rojas, apuntando a que sería interesante analizar estas zonas de alta prevalencia para el futurible plan de prevención del suicidio. «Son zonas que tienen menor acceso a la sanidad, a la atención primaria o que son más rurales. El mensaje sería: vamos a identificar en qué zonas hay mayor suicidio consumado para incidir de forma más eficaz», argumentó el psiquiatra.
Impulsar también, en clave parlamentaria, iniciativas de salud pública y específicamente de salud mental. Este fue el mensaje que los diputados de las diferentes formaciones de la cámara andaluza quisieron trasladar durante su participación en el foro. Beatriz Jurado, portavoz del Grupo Parlamentario Popular en la Comisión de Salud y Familias, abogó por la sintonía de las diferentes formaciones políticas a este respecto. «Nos debe quedar claro que tenemos que estar todos juntos». «Es importante que estos foros tengan impacto y nos permitan incorporar estos temas en nuestra agenda política para impulsar y registrar iniciativas», añadió Jurado.
Desde el Grupo Socialista, su portavoz en la Comisión de Salud y Familias, Jesús María Ruiz, incidió en la importancia de medir, diagnosticar y abordar la realidad epidemiológica en depresión y, específicamente, suicidio. «Es evidente que estamos hablando de mortalidad evitable, por lo que requiere un impulso desde el punto de vista de la política y de la planificación de la gestión. En este sentido, un plan a nivel nacional y autonómico orientado a este problema va a significar un reforzamiento», señaló.
En opinión de María José Piñero, portavoz de VOX en Comisión de Salud y Familias, ahondó también en la salud mental como una preocupación fehaciente que hace a todos ir en la misma línea, más en la coyuntura actual. «Se trata la causa más alta de gasto sanitario y de depresiones dentro de la propia sociedad.
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