Quince profesionales atienden a pie de calle las nuevas adicciones surgidas por el confinamiento y la crisis sanitaria

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El 12 de marzo confinó a muchas personas con su adicción en casa. El consumo de alcohol, tabaco y/o otras sustancias; el juego y otras adiciones se convirtieron, entonces, en un verdadero problema para muchas personas. Y provocó que otras tomaran conciencia de la adicción que padecen. El programa Erdu impulsado por el departamento de Políticas Sociales del Gobierno vasco, dentro del fondo Inor atzean utzi gabe, ha atendido en la Comunidad Autónoma Vasca de manera presencial, desde el pasado mes de mayo a más de doscientas personas con problemas de adicción. Y, mediante este programa, también se ha llegado a otras casi 150 personas a través de más de 500 sesiones vía telemática.

Quince profesionales de cuatro entidades sociales –Agipad, Etorkintza, Gizakia y Jaiki– son los encargados de atender, mediante el programa Erdu, a personas con problemas de adicción. Lo hacen a través de Unidades Móviles Especializadas y vía online

Porque, en contra de lo que se pueda pensar, la adicción no es un problema que afecte sólo a personas en riesgo de exclusión social. El confinamiento ha hecho aflorar realidades que permanecían invisibles. «Por ejemplo, estamos atendiendo a personas que, igual, no eran muy conscientes de la cantidad de alcohol que bebían durante el día porque les parecía que era lo más normal», explica Lukene Lizaso, responsable de Agipad.

Una toma de conciencia que ha llevado, también, a otras personas atendidas por Erdu a estar tres meses contenidos y lograr, por primera vez en su vida, reflexionar sobre su propia adicción. Con ellos, el programa Erdu trabaja por no recaer. «Ahora llegan los miedos y la incertidumbre a seguir por el camino que han empezado. El miedo a volver a salir a la calle», explica Lukene.

En el extremo, se encuentran quienes «han llevado fatal» el confinamiento porque les ha generado mayores problemas de ansiedad. Personas que se vieron obligadas a convivir en los refugios puestos en marcha en los polideportivos durante el estado de alarma y que arrastraban consumos problemáticos. «Si juntas el síndrome de abstinencia de diez personas eso es una bomba de relojería. Así que algunas asociaciones han tenido que adecuar sus propias reglas para dar respuesta a las situaciones», explica la responsable de Agipad, quien recuerda que mucha gente se ha visto obligada a convivir y residir entre cuatro paredes después de 20 años de vivir en la calle.

 

Más información en: https://www.noticiasdealava.eus/actualidad/sociedad/2020/08/29/quince-profesionales-atienden-pie-calle/1046489.html?utm_source=rss

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